Secuencia de imágenes recogidas por Rosetta durante el descenso a la superficie del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko el 30 de Septiembre. Créditos: ESA/Rosetta |
Después de su lanzamiento en 2004, Rosetta se encontraba en su sexta órbita alrededor del Sol. Ha viajado alrededor de 8.000 kms, sobrevolando tres veces la tierra y una vez Marte, además se ha encontrado con dos asteroides.
En su camino al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenk tuvo que resistir 31 meses de hibernación en el espacio profundo para luego despertar en enero de 2014 y, finalmente, llegar al cometa en agosto de ese mismo año.
Se convirtió en la primera nave espacial en orbitar un cometa y en enviar un módulo de aterrizaje, Philae, en noviembre del 2014. Desde entonces Rosetta ha seguido estudiando la evolución del cometa durante su máximo acercamiento al Sol y más allá.
"El descenso brindó a Rosetta la oportunidad de estudiar el entorno de gas, polvo y plasma más cercano a la superficie del cometa, así como de capturar imágenes de muy alta resolución." - La Nasa Net
Llevar a su fin la misión se debió a que Rosetta y el cometa abandonarán la órbita de Júpiter, distanciándolos aún más del sol por lo que la sonda no recibiría energía suficiente para su funcionamiento, además el Sol quedaría cerca de la línea de visión entre Rosetta y la tierra, dificultando las comunicaciones con la sonda.
Álvaro Giménez, director de ciencia de la ESA, habla respecto a los logros de la misión: “Gracias a este enorme esfuerzo internacional a lo largo de décadas, hemos logrado nuestro objetivo de llevar un laboratorio científico de primer orden a un cometa para estudiar su evolución en el tiempo, algo que ninguna otra misión de este tipo ha intentado siquiera”.
Aquí la última imagen enviada por la sonda, en la cual debido a la corta distancia, no se pudo enfocar:
Imagen a 20 metros de la superficie. Créditos: ESA/Rosetta/MPS for OSIRIS Team MPS/UPD/LAM/IAA/SSO/INTA/UPM/DASP/IDA |
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